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CONFEDERACIÓN NACIONAL DE SINDICATOS Y FEDERACIONES DE TRABAJADORES DEL COMERCIO, OFICINAS, SERVICIOS, INDUSTRIAS Y OTROS (CONSFETRACOSI) - CHILE | |||
La cruda realidad de los trabajadores |
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Por Manuel Ahumada Lillo, Presidente de la CGT MOSICAM | |||
Rebanadas de Realidad - CONSFETRACOSI, Santiago, 28/04/08.- Todos sabemos que desde el golpe militar hasta ahora, los trabajadores chilenos han visto retrotraerse sus derechos a niveles impresionantes. Lo que resulta preocupante es que casi no se haya escrito en torno a esos derechos perdidos y, mas aún, se intente convencer a los explotados que gracias a la gestión de parlamentarios y gobierno, se comienza a ver la luz al final del túnel. Dicha afirmación no es cierta. Al contrario, es una obligación hacer claridad respecto de que cada una de las reformas hechas al Código del Trabajo, en estos años han sido concordadas entre gobierno y la oposición y no han posibilitado una mejoría sustancial en la condición de los trabajadores. Hasta 1973 existía un conjunto de leyes laborales que dignificaban a los trabajadores, que les permitían mirar con fe el futuro pues el sistema jurídico reconocía derechos que por decenios habían sido demandados. No estaba todo resuelto, pero podían ir los trabajadores con la vista en alto, mucho más dignos que hoy. Entre otras leyes (todas derogadas por la dictadura y no repuestas) podemos mencionar:
Son derechos que tuvimos gracias a una correcta acción sindical, el compromiso real de parlamentarios y por sobre todo por la gran conciencia de clase que desarrollaron los trabajadores. Nada fue regalado y por eso la dureza que la dictadura aplicó a los trabajadores y sus organizaciones. Esta es una de las razones del porque los explotados acogieron con simpatía la propuesta de quienes se mostraban como alternativa a la dictadura. En el Programa de Gobierno de la Concertación de Partidos por la Democracia, presentado al pueblo de Chile el año 1989, se planteo: ".. La nueva legislación laboral cautelara el pleno ejercicio de los derechos sindicales a todos los trabajadores, cambiando las actuales disposiciones que coartan la formación de sindicatos y la participación en ellos. Para llevar a efecto estas orientaciones nos proponemos: (Por razones de espacio y sanidad mental, solo enunciare algunas)
Pasada la euforia de los primeros meses las promesas comenzaron a diluirse y lo que es mas grave, y lo refleja claramente el paso del tiempo, las organizaciones de trabajadores también lo fueron olvidando. La lucha por los derechos básicos fue dando paso al dialogo social y a la mal llamada "política de los acuerdos". Por eso no es menor recordar que también en esa trinchera se tomaron resoluciones importantes que hoy solo son documentos olvidados. El Congreso Constituyente de la Central Unitaria de Trabajadores - Agosto de 1988 - dice en su Plataforma de Lucha: "Las principales demandas comunes y de justicia que nos unen son: el derecho al trabajo, salarios justos, reajustes de acuerdo a los niveles objetivos del alza del costo de la vida, una negociación colectiva por rama de actividad, la reconquista de tarifados nacionales, el derecho a la huelga, el derecho a la indemnización por años de servicio, una jornada de trabajo efectivamente de ocho horas, condiciones de seguridad social, etc. Como también son: los derechos básicos a la salud, a la educación, a la vivienda, a la cultura, a la plena libertad sindical y en general al pleno ejercicio de los derechos humanos". Reivindica también la CUT en 1988, "El control estatal sobre los servicios básicos para la población (luz, agua, gas, teléfono, parafina)". " La derogación del plan laboral, contemplar en la nueva legislación sanciones eficaces y enérgicas a los abusos de los patrones, restablecer el carácter irrenunciable de los derechos laborales adquiridos, restablecer un piso mínimo de aumento equivalente al 100% del IPC y la mantención total de los beneficios pactados en el convenio anterior." También demanda, " Establecimiento de normas mínimas que permita la estabilidad en el empleo y que este solo se pierda por motivos manifiestamente imputables y comprobables al trabajador, la reincorporación en caso de despido injustificado, cancelación de indemnización por años de servicio sin tope. etc.". Estas y otras justas reivindicaciones, como bono de movilización y colación, fueron el sello con el que nació la CUT, y les fueron presentadas a los partidos políticos, a la Iglesia y a todos los movimientos que luchaban contra la dictadura. Aunque fueron reconocidas y aceptadas, estas demandas no están hoy en la discusión con la autoridad, ni se promueven entre los trabajadores. ¿Cual es la razón que justifica tamaño olvido? No se trata entonces de creer que la crítica a lo que se ha hecho viene de "resentidos a los que nada conforma", sino de darse cuenta que el rechazo y la aversión es fruto del incumplimiento de compromisos que apuntaban a reponer lo mínimo que ya tuvimos. Son responsables los que desde su sillón parlamentario disfrutan de las granjerías que les da su condición, e ignoran que si están ahí es porque los eligieron miles de individuos que creyeron en sus propuesta de reforma, hasta ahora incumplidas. Son responsables los que salieron de sus puestos de trabajo a cumplir labores sindicales y fueron absorbidos por el oropel del sistema y le tomaron el gustito a las costumbres del "enemigo de clase". Los unos y los otros son responsables de lo que hasta ahora tenemos. Los primeros por su maridaje asqueroso en la parlamento, por sus acuerdos consensuados con ¡los que posibilitaron el golpe militar que nos quitó decenas de derechos!. Los otros, por vivir reclamando y al final callar cuando les dan caramelos, sin haber conseguido soluciones reales. Fíjense bien los trabajadores y grábenselo muy bien. Luego de casi 20 años de "democracia" y de "promesas" esto es lo que tenemos:
Tal es la realidad y se hace imperioso cambiarla. Este documento no es el trabajo de resentidos a los que nada contenta, sino muy por el contrato buscamos por medio de la información entregar a los trabajadores las razones, el porque de nuestras críticas, hacía quienes decimos "se han aprovechado de las necesidades populares" y con su accionar han permitido la sustentación de un sistema que en nada favorece a los trabajadores y a sus familias. Nada cambiará si se mantiene la ambigüedad en el actuar, si no se comienza a llamar "al pan, pan y al vino, vino". Nada se modificará sustancialmente si se sigue sosteniendo un sindicalismo que basa su accionar en la suma de siglas y acciones mediáticas para indicar que está vivo y desconoce el rol del trabajador organizado. O vamos a los trabajadores para contarles que hace decenas de años otros iguales a ellos, pero con muchos menos medios, fueron capaces de conseguir por medio de sus luchas una legislación que era todo un ejemplo en América Latina, o veremos perderse - irremediablemente - los pocos derechos que nos van quedando. |
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El presente material se edita en Rebanadas por gentileza de de Osvaldo Herbach Álvarez, Vice Presidente de la CAT y Secretario General Adjunto de la CLAT. / Web - Correo |