Rebanadas
de Realidad
- Ciudad de Panamá, 16/04/09.-
“Mi amigo Pepe..”, aquí copio la figura literaria a un conocido columnista
de fines de los 80, llegó indignado: “Acabo de ver en Debate Abierto
cómo el griego Papadimitriu vapulió a Héctor Alemán y éste, cómo un
corderito, se dejó acallar y no tuvo valor para responderle como debería”.
Y luego soltó una andanada de tacos y adjetivos respecto a los jerarcas
del PRD y su actual campaña presidencial.
“Calma”, le pedí
a Pepe, “que te vas a sacar una úlcera por gusto”. “El problema de Héctor,
Balbina y el PRD no es de pantalones sino de política”, traté de explicarle.
Por un lado, hay que reconocer que el Sr. Demetrio Papadimitriu ha demostrado
ser un genio publicitario capaz de vender cualquier producto, por ejemplo,
“huesos viejos” como “el verdadero cambio”. Y este arte lo aprendió
en EE UU en el Partido Republicano, donde su mentor Karl Rove le enseñó
algunos trucos usados para convertir a un alcohólico inepto, como Georges
W. Bush, en presidente de aquel país.
“Pero Héctor pudo
desenmascararlo, señalando que representa una propuesta oligárquica,
sumisa a los dictados de Estados Unidos, que su candidato se hizo rico
explotando al pueblo con precios altos de la comida, que el año pasado
sólo en los “99” se embolsó más de 400 millones de dólares”, me disparaba
Pepe indignado.
“Pepe, si vas a
gritar así, mejor vete al local del PRD en la avenida México”, le dije
mientras con las palmas de las manos abiertas le exigía sosiego. “¿Con
qué cara Héctor le va a decir eso al “griego” si las alzas abusivas
de precios de los últimos tres años que impusieron los comerciantes,
como Martinelli, se hizo con la anuencia de las autoridades del PRD?
La cúpula del PRD ha hecho dos gobiernos, el del Toro y el de Martín,
para beneficio de comerciantes y banqueros, por ende, ahora tienen su
merecido”.
“Pero mira la campaña
sucia que le han montado a Balbina desde los medios de comunicación,
y el PRD, por el contrario, intenta una campaña de “propuestas” sin
insultar a Martinelli”, señaló Pepe un poco más calmado. Pepe, primero,
no nos consta que todo sea mentira, después de todo, los Velásquez admiten
que se reunieron con Murcia. Claro que también es cierto que Martinelli
negoció con DMG. Pero la única manera de echárselo encara es que tú
estés limpio (en ambos sentidos). A todos nos consta que es cierto eso
de que, al menos algunos, “entran limpios y salen millonarios”.
El problema de Balbina
es que, aunque intente ser una “lady” la oligarquía la trata a las patadas
porque, en Panamá, al Club Unión no entra cualquiera, por más plata
que tenga. Hay que nacer en cuna de oro y para ellos, ella sigue siendo
una “chola” con pasado “comunistoide”, aunque ahora sea millonaria.
Pero para el pueblo de Curundú, donde nació, tampoco es del “gueto”.
Así que está social y políticamente atrapada en un limbo, no es ni chicha,
ni limonada.
Además, Pepe, el
PRD intenta demostrar que es un partido ecuánime, capaz de garantizar
la estabilidad política e institucional para que la oligarquía siga
haciendo plata. Por eso, Héctor, Balbina y el PRD soportan estoicamente
los embates y los insultos de la oligarquía, porque quieren demostrarle
fidelidad, como un perro a su amo.
Pepe, para enfrentar
a Martinelli y a su proyecto oligárquico se requiere tener un proyecto
de país distinto. Pero el hijo de Omar Torrijos terminó de enterrar
el “ideario del torrijismo”, si es que alguna vez existió, en el sentido
de un gobierno antioligárquico, de capas medias con participación popular
y nacionalista frente al colonialismo mental y económico que hemos sufrido
los panameños desde 1903. El PRD se ha convertido en lo contrario de
lo que decía ser, en un partido más de la oligarquía.
“¿Qué podemos hacer
los torrijistas consecuentes?”, pregunta compungido Pepe. Y le respondo:
la única alternativa que les queda es sumarse a quienes, desde los sectores
populares, estamos construyendo una propuesta política contraria y capaz
de enfrentar al modelo oligárquico, neoliberal y sumiso a los dictados
de Washington. Ese partido está en formación, y se llama ALTERNATIVA
POPULAR (P.A.P.).
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